Escuela de Padres del Santa Teresa de Jesús.

Sitio diseñado especialmente para los padres y tutores del Instituto de Recuperación Humana Santa Teresa de Jesús. Nuestro objetivo es la formación de nuestro padres con relación a la educación de sus hijos enfocando temas de interés en: Psicología, psicopedagogía, Educación, Moral, Cívica, Relaciones Humanas, Formación Humana Integral y Religiosa y Educación en el Hogar.

miércoles, febrero 14, 2007

Bienvenido a la Escuela de Padres









Sean bienvenidos a la escuela de Padres del Santa Teresa de Jesús.

Esperamos que valoren el esfuerzo de este trabajo y le saquen el mayor de los provechos.

Pueden escoger uno de los temas tratados.
Haz click en el que te interese leer.

El Fracaso Escolar
El ejercicio de la autoridad en la familia
Los Celos Infantiles
Un adolescente en la familia.
La Adolescencia
La Evolución del niño de dos a cinco años.
La Segunda Infancia
La Disciplina comienza en el Hogar

Después de haber escogido el tema de tu preferencia y haberlo leído; elabora un cuestionario sobre las interrogantes que se te presenten. Las trataremos en grupo cuando nos reunamos.
No olvides dejar un mensaje al final como recuerdo de tu visita.


martes, febrero 13, 2007

El Fracaso Escolar

Es preciso, antes de nada, intentar definir qué entendemos por FRACASO ESCOLAR.
En primer lugar, hablamos de fracaso escolar cuando un alumno no consigue los objetivos propuestos para su nivel y edad y existe un desaprovechamiento real de sus recursos intelectuales.
Es decir, en principio, el sistema se plantea unos objetivos determinados para los individuos de una cierta edad y en el momento que esos objetivos no se cumplen, hablamos de fracaso.
Por tanto, visto así, el fracaso afecta a todos y la punta del iceberg es el alumno que no tiene éxito. Luego, podemos deducir, que es una persona, un miembro de la sociedad que necesita ayuda y la sociedad tiene que saber responderle.


Las causas más reseñables son los trastornos de aprendizaje y los trastornos emocionales. Las podemos enumerar del siguiente modo:

1. Intelectuales. Como consecuencia de un desajuste entre la edad cronológica y la intelectual. Y no solo porque exista una discapacidad manifiesta sino también porque, en ocasiones, hay un bajo nivel de lectura comprensiva, asociada a una falta de vocabulario y a la falta de hábitos de lectura.

2. Motivacionales. Cuando no existe la actitud, la tendencia o atracción hacia el aprendizaje. La desmotivación puede venir dada, entre otros factores, por una inexistente correlación entre los contenidos impartidos en el aula y las necesidades reales de una sociedad tan cambiante como la actual. Es importante que en estos casos, el niño reciba estímulos positivos como el reconocimiento por los seres queridos, la aceptación social y el logro de metas a corto plazo.

3. Falta de esfuerzo. Muy unidas a las anteriores. Se trata de cuando dedica menos tiempo del necesario o no aprovecha debidamente ese tiempo al hacer un estudio con escasa intensidad, es decir, baja concentración, bajo nivel de comprensión y falta de memorización de lo estudiado.

4. Orgánicas. Se definen por problemas físicos que provocan cierto grado de absentismo escolar o por enfermedad crónica que genera cierto grado de cansancio en el niño.

5. Emocionales. Se dan tanto en niños con carencias afectivas como en niños sobreprotegidos, así como en niños hiperactivos, inseguros o con exceso de fantasía. Estas causas degeneran en trastornos del carácter acompañados de inestabilidad, cólera y reacciones negativas hacia el profesor y compañeros lo que ocasiona importantes dificultades de integración en el aula.

6. Falta de técnicas y hábitos de estudio. El alumnado debe aprender a aprender. Deben saber cómo se aprende y ello exige la utilización adecuada y en el momento y forma adecuados de las técnicas de estudio correctas.

7. Programación inadecuada. A veces existen tareas de excesiva dificultad para el nivel de maduración del alumno. Otras veces se pretende que el alumnado alcance de igual forma el mismo nivel.

Ya sabemos que las causas del fracaso escolar es múltiple y hay quien las centra en la influencia negativa de tres elementos muy conocidos en las familias de hoy día:

La televisión: según la Asociación de Telespectadores y Radioyentes, los niños españoles son los más "teleadictos" de Europa con un 97% de los chicos enganchados a la televisión unas tres horas y veinte minutos diarios por término medio.
La revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, de julio de 2005, incluye tres estudios que relacionan el uso de la televisión con las calificaciones escolares: en todos los casos, los niños que más televisión ven, sacan perores notas.

Por el contrario, los niños que tienen computadora en casa obtienen, al menos en algunos casos, mejores calificaciones.

Los videojuegos: para un 60% de los niños (según la Asociación de Fabricantes de Juguetes), los videojuegos son otra forma de entretenimiento favorita. Además de las videoconsolas hay que destacar también los juegos de computadora.

Otros inventos electrónicos: aquí habría que incluir las play-station, las game-cube, las game-boy, etc.

Ante esta situación que describimos y una vez que aparece el fracaso escolar, es decir, cuando el niño empieza a traer malas notas a casa, ¿CUÁLES SON LAS REACCIONES QUE SE DAN?

1. Una gran parte de padres tienen tendencia al castigo como primera reacción. El padre que recurre al castigo, a los gritos no se ha preocupado del hijo durante las 10 o 12 semanas que dura una evaluación y se limita a llevarse el gran disgusto cuando llega el boletín con las notas.

2. La reacción anterior es acompañada de una búsqueda inmediata de profesor particular.

3. La humillación. Las familias tienden a usar expresiones como "eres un vago", "no vas a ser nada en la vida", "eres un inútil", etc. Lo que se está generando es inseguridad en el chico por oír comentarios tan negativos como los anteriores.

4. No hacer nada después de los grandes gritos. Suele ser frecuente olvidarse del enfado cuando ha pasado un poco tiempo y el chico vuelve a estar abandonado a su suerte. Los padres vuelven a estar inmersos en la dinámica de sus preocupaciones, del día a día y en una gran mayoría, se cae en el olvido del fracaso hasta la próxima.

5. Búsqueda de información. No obstante, antes de tomar decisiones precipitadas, los padres deben obtener información y la primera fuente de información es el propio niño, el supuesto "fracasado" para ver las verdaderas causas, motivos del hecho. También se puede concertar una entrevista con el tutor o con el profesor específico con quien el niño ha presentado una nota negativa.

Por tanto, ante la situación de fracaso escolar, la FAMILIA adopta un papel prioritario para la solución o intento de solución del mismo llevando a cabo distintas acciones:

1. Hay que aceptar y reconocer que el hijo tiene dificultades.

2. Demuestren que le quieren no por sus éxitos sino por él mismo.

3. La información sobre todo lo relativo al centro educativo es primordial.

4. Participen en las actividades del centro educativo que precisen la presencia de los padres.

5. Muestren predisposición y atiendan sus necesidades y preguntas en casa.

6. No cometan el error de hacerle el trabajo (deberes) con el engaño y creencia de que así le ayudan.

7. Háganle saber que no saben la respuesta a las preguntas que hace su hijo y propónganle buscar juntos la solución.

8. Potencien en el hijo la confianza en sí mismo.

9. Permítanle que tome decisiones y asuma responsabilidades.

10. No le comparen con otros miembros de la familia.

11. Sean coherentes. Si ustedes leen en casa, están transmitiendo una actitud positiva que se contagia y es más fácil compartir aficiones.

12. No asedien a su hijo con la idea del estudio.

13. Hablen con su hijo para conocer mejor el problema antes de tomar decisiones que más tarde les podrán llevar al arrepentimiento.

14. No amenacen ni castiguen; hay otros
caminos como el pacto, la estimulación…

15. Enseñe (si no lo hacen en el centro educativo) a utilizar las técnicas adecuadas y a estudiar.

16. Evite transmitir mensajes negativos como "no vales", "no sabes", "eres mal alumno", etc.

17. Celebren sus éxitos por pequeños que sean.

18. Las clases particulares no siempre son la solución. Cuidado con las famosas salas de tareas que la mayoría de las veces agravan el problema.

19. La ayuda de los maestros suele ser muy valiosa siempre que los padres van a ellos con una actitud adecuada. Los educadores tienen datos del rendimiento del chico y observaciones de su comportamiento en clase.

20. Tener clara la vocación profesional es la principal fuente de motivación del adolescente, por lo que es fundamental ayudarle a decidir la carrera o profesión que quiere estudiar. En este sentido, una buena orientación profesional puede dar buenos resultados (es aconsejable acudir al centro educativo)

21. Enséñenle a apuntar las tareas en una agenda con precisión, a organizar el tiempo en casa (hacer horarios con tiempos de estudio y de descanso), proponerse metas cortas…

Autores:
Mª Angeles Pérez Montero
Francisco Javier Rodríguez Laguía

Diseño: O. Mirabal

El ejercicio de la autoridad en la familia


LA AUTORIDAD

Una de las acepciones de la palabra autoridad en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua es "carácter o representación de una persona por su empleo, mérito o nacimiento". Así pues, los padres llevan a cabo la representación de un papel que les ha venido al fundar una familia, tener que ejercer la autoridad en la misma.

El ejercicio de la autoridad tiene varias fases:

a) Conocimiento de las metas comunes que tienen los miembros que forman el grupo. La familia como grupo humano está compuesta por personas que tienen niveles distintos de maduración, de responsabilidad, pero que tienen unos vínculos, espacios y metas comunes. Esto no es percibido conscientemente cuando los hijos son pequeños, pero al madurar lo asumen de manera implícita.

b) Comunicar y consensuar con los otros miembros lo que quiere conseguir quien ejerce la autoridad. Quien ostenta la autoridad tiene que saber qué quiere para el grupo. Necesita de un tiempo de clarificación personal. Cuando lo ha realizado, precisa exponerlo de manera explícita a los otros que forman el grupo, de forma verbal como a través de su conducta y decisiones para hallar el consenso entre los miembros del grupo.

c) Cumplir y hacer cumplir las metas marcadas y consensuadas. Pero no basta que todos los miembros del grupo sepamos qué hay que hacer, es necesario que se lleve a la práctica lo previsto. Es la capacidad de mover que tiene quien ejerce la autoridad, ya sea por su fama o prestigio, ya sea por procedimientos más coactivos.

Prescindir de las fases puede dar lugar a deformaciones de la autoridad. Cuando se prescinde de comunicar y consensuar entre los miembros las normas, surge el autoritarismo -ejercicio arbitrario de la autoridad-; cuando no se cumplen ni se hacen cumplir las normas marcadas y consensuadas, se instala el abandonismo -la renuncia a la autoridad.Los padres tienen autoridad por el hecho de ser padres.

Pero la autoridad se mantiene, se pierde o se recobra por el modo de comportarse.La autoridad se mantiene o se recobra por el prestigio. Esta afirmación es equivalente a la de "educamos por lo que somos". Es decir, por la congruencia entre lo que somos, lo que hacemos y lo que decimos.



¿Cómo se tiene prestigio con los hijos?:

  • Por el buen humor: Hay diferentes estilos personales, pero todos se apoyan en el optimismo -saber descubrir primero lo positivo de cada persona y de cada situación- y en la confianza.
  • Por la serenidad: Porque asegura las mejores condiciones para actuar con sensatez y con flexibilidad. El nerviosismo, por el contrario, empeora la situación y, desde luego, desprestigia. Han de vernos serenos, sin dar paso a la ira o al enfado por nimiedades; han de vernos que no sacamos las cosas de quicio... Se puede comprobar, además, como los hijos adoptan conductas más serenas cuando están ante una persona tranquila, que no responde con cólera sino con un tono de voz sosegado y conciliador.
  • Por la paciencia: Los padres tienen un sexto sentido que avisa cuándo y cuánto es necesario volcarse con cada uno, a causa de una enfermedad, unos problemas en clase…
  • Por mantener una línea de actuación sin dar bandazos, graduando la exigencia según las circunstancias, sin dejar nunca de exigir y exigirse-. Desprestigia el dramatismo, el echar en cara, el lamentarse, los falsos juicios...
  • Por el interés con que se sigue el estudio y los problemas de los hijos, sabiendo apreciar el esfuerzo que se hace, aunque no se traduzca en resultados. Escuchar y dedicar tiempo a "sus problemas" que, aunque nos parezcan nimiedades pueden pesar como losas para ellos. Pero si les apartamos a un lado porque nosotros sí estamos haciendo algo importante (ver la TV, terminar un informe, descansar...), cada vez será más difícil que nos cuentes sus cosas.
    Cuando los padres van por delante en lo que exigen de sus hijos: Sin ser perfeccionistas, que conozcan sus fallos y limitaciones, y sus esfuerzos por superarlos.
    Cuando se fomenta el prestigio del otro cónyuge: Aprovechar toda ocasión para destacar, discretamente, en una conversación privada con cada hijo, los puntos fuertes del otro cónyuge es una forma de potenciar la autoridad del otro. De un modo sugerente: "¿Te has fijado en tal aspecto de tu padre o madre...?" Y, a continuación, pasar a otra cosa en la conversación.

La autoridad de los padres se refuerza cuando....

  • Hay acuerdo en cómo educar a los hijos, y en cómo armonizar la autoridad paterna y materna para una mejor educación de cada hijo. La autoridad de los padres ha de ser complementaria, no excluyente, no delegada de uno en otro cónyuge.
  • Se apela al razonamiento al diálogo, se potencia la responsabilidad de los hijos por aproximaciones sucesivas. Huir tanto del sobreproteccionismo como del desentenderse cuando pueden necesitar ayuda.
  • Se llega a acuerdos en temas puntuales con los hijos. Se pueden concretar dichos acuerdos mediante contratos de conducta. El llegar a una conducta-meta en los hijos conlleva el descomponerla en los pasos mínimos sucesivos, que hay que reforzar las aproximaciones a la conducta meta y extinguir la conducta a eliminar.
  • Se evita el sermonear reiterativo porque suele tener un efecto contrario al buscado. Si hay que decir algo a alguien, se dice a solas, de manera clara, con formulación positiva, llegando a acuerdos y fijado el tiempo de revisión de los mismos.
  • Somos firmes cuantas veces sea necesario, pero sabiendo cambiar a actitudes de flexibilidad y cariño siempre que sea preciso.
  • Se presta atención al buen comportamiento, a los aspectos positivos que tiene toda persona, y no se atiende únicamente a las conductas desadaptativas.
  • Se explica con razonamientos por qué los corriges, y se respeta a la persona y se le ayuda a mejorar en los defectos que tiene. Hay que demorar la entrevista para corregir a un hijo nuestro, si no tenemos la suficiente serenidad para hacerlo en este momento. No tratar de vencer sino de convencer. Es la fuerza de la razón quien se ha de imponer no la de los años.
  • Se le da suficiente autonomía y libertad poco a poco, según el uso correcto que van haciendo de ella. Saber "ir soltando poco a poco las amarras" del niño y sobre todo del adolescente, quedándose lejos por si hace falta ayuda en algún momento.

Crédito
Autores:
Mª Angeles Pérez Montero
Francisco Javier Rodríguez Laguía

Adaptacion por licencia Commons

O. Mirabal

lunes, febrero 12, 2007

Los Celos Infantiles


LOS CELOS
Ante la llegada de un nuevo miembro en la familia, los padres además de pensar que sus hijos se beneficiarán aprendiendo unos de otros, sienten inseguridad de que se enfrenten y surjan conflictos. La rivalidad es algo normal, es una competencia por obtener el cariño de los padres que sin sobrepasar un cierto grado ocurre con normalidad en todas las familias.

Depende de los padres que este “grado de normalidad” no sobrepase los límites de tranquilidad en la familia. El primer paso se dará bastante tiempo antes del nacimiento; alrededor del segundo trimestre de embarazo se debe informar al niño, mejor ambos, padre y madre, sin fantasear. Hacer ver al hijo que el nuevo miembro es de todos, es “nuestro bebé” y todos le querremos y cuidaremos.

También les dará buen resultado hacer participe a su hijo en los preparativos del hermanito; dejarle opinar sobre la nueva habitación y si hay que cambiarle a otra, hacerlo al principio para que no sienta que el “bebé” le quita su dormitorio.


Cuando tengamos oportunidad de visitar algún amigo que haya tenido un hermano, debemos hacerlo para que se familiarice con los comentarios cariñosos e inevitables hacia el bebé y vaya normalizando su trato con un niño pequeñito.

Es muy aconsejable que escuche los latidos del corazón y sienta sus “pataditas” Siempre deberán los padres dejar claro al niño que le quieren mucho, así como al bebé, y que el cariño no va a disminuir cuando venga el nuevo miembro.

Dejarle claro que no va a perder su puesto.Cuando el nacimiento del hermanito se produzca en una etapa evolutiva en la que el niño es vulnerable ha de tenerse mucho cuidado porque pueden producirse situaciones de celos intensos.

Algunas de estas etapas son:

a) El destete.

b) Dormir en una habitación distinta a la de los padres.

c) Etapa de logro de control de esfínteres.

d) Entrada al Preescolar.

Un buen momento para elegir la llegada de un bebé sería hacia el año y medio o dos años, aunque como hemos dicho, no es posible evitar por completo que el niño experimente una pérdida de privilegios y “exclusión” con la madre.

El primer sentimiento de rivalidad y sensación de perder esa “exclusividad” con su mamá la tiene el niño cuando descubre que a ésta le gusta hacer otras cosas y con otras personas además de con él, por ejemplo con su papá. Asumir este triángulo ya supone una gran decepción.


Los celos en sí mismos suponen que el niño cree perder lo que piensa que ha tenido. También existen los celos con envidia que sería querer conseguir lo que el niño cree no tener porque lo tiene el otro.

Hay padres que consideran “malo” que el niño sienta celos y creen que esto es un defecto. Pero debemos conocer que los celos son universales, es decir, forman parte de las características de todo el ser humano y que desaparecerán cuando con el paso del tiempo comprueban que no hay motivos.

COMO SE MANIFIESTAN LOS CELOS

1. Rivalidad abierta: se manifiesta de forma verbal hacia el otro: “no quiero al hermanito”, “quiero que te lo lleves”, etc.

2. Actuaciones agresivas hacia el bebé: de la palabra se pasa a la acción; el niño le quita los juguetes a su hermano, le tapa la nariz, etc.

3. Hostilidad hacia la madre: con formas de actuación que saben que molestan a la mamá: “desobedecer”, “oposición sistemática hacia lo que se le pide”, etc.

4. Hostilidad hacia sí mismo: “te vas a enfadar conmigo”...

5. Regresar a comportamientos más infantiles: “ponme el chupete”, “hablan como si fueran más pequeños”, etc.


No hay ninguna posición más o menos favorable. Cualquier lugar que se ocupe entre los hermanos tiene ventajas o inconvenientes. Veamos no obstante, algunas características generales y típicas:

EL PRIMOGÉNITO. En él se depositan todas las expectativas e ilusiones de sus padres. También en él se aglutinan las inseguridades y temores e inexperiencias. Ha sido único por un tiempo y recibe con la llegada del hermano un duro golpe a su soberanía.

Suele ser el modelo y posee cierta autoridad pero también sufre una gran sensación de responsabilidad.

EL MEDIANO.

Puede que sea ésta la posición más difícil. A veces es demasiado mayor para estar con los pequeños y demasiado pequeño para estar con los mayores. Simultáneamente se juzga con arbitrariedad su madurez: a veces es mayor, a veces es pequeño. Sin embargo suele gozar de un éxito social y soltura que no tendrá su hermano mayor.

EL BENJAMÍN.

Suele tener dependencia respecto a sus hermanos y con ello será más difícil alcanzar independencia y autonomía. Pueden achacarse a esta posición la inseguridad, testarudez e inestabilidad.

EL HIJO ÚNICO.

Es depositario de la dedicación a tiempo completo de sus padres, de su cariño y protección. Ello puede suponer que sea caprichoso o egoísta. Aunque pudiéramos pensar que no tienen celos, no es así. Sufren por el temor a perder el amor de sus padres, de molestarles, etc. pueden sufrir celos de un amiguito.

FAVORABLE

  • Reconocer el sentimiento celoso como algo natural.
  • Ser tolerante con las regresiones.
  • Dar la oportunidad de expresar su malestar.
  • Contarles las vivencias personales con los hermanos cuando éramos pequeños.
  • Atender con interés los éxitos. Evitar situaciones tentadoras.
  • Transmitir que se les quiere. Ofrecer situaciones sobre las ventajas de ser mayor.
  • Favorecer el contacto con niños de su edad. Pedir la colaboración del niño en tareas de cuidado de su hermano.
  • Decir que los hijos son responsabilidad de los padres que han querido que nacieran.
  • Decirle que sus celos desaparecerán. No descartar la consulta a un especialista.

EN CONTRA

  • Ocultar el sentimiento amoroso de los padres al bebé.Exigir demasiado al niño.
  • Dramatizar el sentimiento celoso del niño.
  • Hacer comparaciones entre hijos.
  • Manifestar preferencias por alguno.ü Intervenir prematuramente en las peleas.
  • Ponerse rígidos o intolerantes con las regresiones.
  • Comentar con otros adultos las dificultades del niño en su presencia.
  • Regañarle o enfadarse con frecuencia.
  • Hacer elogios muy efusivos cuando se muestre cariñoso con el hermano.
  • Hacerle prometer que se portará bien

BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA CON EL TEMA:Mª VICTORIA TABERA GALVÁN: “¡Claro, y yo qué!” Los celos infantiles.TELENO Ediciones, S.L. Madrid, 2003

adaptación: Octavio Mirabal

sábado, febrero 10, 2007

Un adolescente en la familia.


La adolescencia es un proceso por el cual el individuo se desprende del equipaje de niño para alcanzar el de adulto. En esta etapa finaliza la feliz tranquilidad de la infancia para adentrarse en una búsqueda de la identidad y maduración de la personalidad.
Es precisamente en este periodo de búsqueda de su propia identidad como adulto donde se encuentra la mayor cantidad de conflictos que surgen en su mundo en relación con sus padres, con sus amigos e incluso consigo mismo. Porque estamos hablando de una etapa evolutiva de turbulencias, desasosiegos y en muchas ocasiones de vacío por no hallar el horizonte debido y no poseer unas expectativas claras. Esta situación de malestar interno se manifiesta en gran parte de las ocasiones en disputas con todo y todos los que le rodean.

En primer lugar hay que decir que la adolescencia se puede agrupar en tres fases: Adolescencia temprana: 10 a 13 años. Adolescencia media: 14 a 16 años. Adolescencia tardía: 17 a 19 años.

Cada una de estas etapas dura aproximadamente tres años, pero esta duración es orientativa, ya que obviamente esto no es igual para todos, ni tiene reglas fijas. En esta etapa parecen haberse transformado en unos extraños seres que personifican algunas de las actitudes que tanto detestamos. Y su aparición nos desconcierta y su actitud nos resulta incomprensible.

Para muchos padres es un periodo duro que hay que soportar y en el que no saben disfrutar. Para los padres puede ser una oportunidad de renovación de una etapa de la vida maravillosa. Para la mayoría de los padres es difícil asimilar que su hijo ya no es un niño pequeño, que a partir de ahora la palabra de ellos ya no es infalible y que su autoridad está en entredicho.

Es necesario que se permita al adolescente emitir juicios, aún a riesgo de que éstos sean disparatados. Pero debemos saber que tanto la violencia como el rechazo a los padres tienen un carácter defensivo, ya que de lo que realmente huye el joven es del peligro que supone la regresión definitiva, la no superación de su infantilismo

La adolescencia es un estadio propio de la especie humana: no se han descubierto en el animal conductas específicas de la adolescencia. Y es necesario aclarar que pubertad y adolescencia, no son sinónimos. Según Santiago García Tornel (pediatra): La pubertad se describe como el periodo durante el cual el cuerpo adquiere características adultas, y la adolescencia, el tiempo en que la persona crece y se desarrolla psicológicamente, emocionalmente y socialmente.”

En las chicas el periodo puberal (estirón) se inicia a los 9-10 años; en los chicos a los 11-12 años. En la adolescencia algunas de las conductas pueden ser calificadas como pautas de conductas enfermizas, pero no suele ser así porque no debemos confundir “adolescente” con “persona defectuosa”, “incapaz de...” sino más bien pensar en él como persona en proceso de adaptación que ha de tomar algunas decisiones difíciles y ha de realizar algunos aprendizajes también difíciles.

Generalmente los padres afrontan la adolescencia como una etapa de lucha, en la que hay que salir vencedores a toda costa. Pero no debemos buscar culpables porque tanto unos como otros ya se sienten así.

La familia, sobre todo los padres, constituyen el principal apoyo para el adolescente y esta dimensión no debemos olvidarla a pesar de los conflictos intergeneracionales y de la necesidad del adolescente de separarse y diferenciarse de la familia. Esta debe transmitirle los valores y actitudes adecuados, proporcionar apoyo emocional y protección.

Es muy importante mantener siempre abierta una vía de comunicación fluida y en ambas direcciones pero no es bueno “ser amigos” de los hijos; los amigos deben buscarlos ellos y los adultos deben provocar la admiración de los adolescentes y tener prestigio ante ellos.
TENER PENDIENTE

No tome la forma de ser de un adolescente como algo personal.
Escuche positivamente.
Dígale que usted tiene el deber de establecer límites razonables.
Comparta con él sus vivencias pasadas.
Explíquele que es bueno tener secretos.Intente ser un buen modelo para su hijo.



Tomarlos en serio, no tratarlos como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.
Conviene no aprovechar la ocasión para sermonearles.
Escuchar con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para abordar los temas que nos interesan a nosotros.

La Adolescencia



La adolescencia es el paso de la infancia a la edad adulta. Presenta dos momentos:La pubertad, período en el que se da la maduración biológica reproductora.La adolescencia, período que hace referencia a la maduración de las otras esferas de la persona, intelectiva, social, afectiva, etc. Ambas van en paralelo, pero se inicia y termina antes la pubertad.

Cambios sexuales en la adolescencia.

La edad media de la pubertad en las chicas está en torno a los 13 años, cuando aparece la primera regla (menarquia), y en los 14 años en los chicos, cuando se da la primera eyaculación.
Hay distintos factores que influyen en el adelanto o retraso de la madurez sexual:

a) El clima: Se adelanta con el clima más cálido. En España la edad media de la menarquia es de 13 años y medio. Es más precoz en Andalucía y Canarias. En los trópicos puede adelantarse hasta los 10 u 11 años. En las zonas árticas se puede retrasar hasta los 17 o 18 años

b) El sexo: Las niñas maduran antes que los niños. Les llevan casi dos años de ventaja en la maduración ósea, las chicas a los chicos.

c) La herencia y entorno: Hay una correlación entre la edad de menarquia de la madre y la de la hija. El entorno urbano adelanta la menarquia.

Hay otros caracteres que indican la maduración:

- Aparición del vello púbico- Aparición de las llamadas "muelas del juicio"- Ensanchamiento de la región pelviana (en las chicas). Un poco después empiezan a crecer los pechos- La fertilidad empieza uno o dos años después de la menarquia.

Cambios físicos en la adolescencia

1.- Se da un crecimiento rápido, "el estirón":

Las chicas empiezan su "estirón" hacia los 11 años, alcanza su cenit a los 12, y hacia los 14 se va ralentizando.Los chicos suelen empezar a los 13 y se acelera entre los 14 y 15.

2.- El aspecto físico o imagen corporal tiene mucha importancia en la adolescencia.

Es un periodo en el que se dan cambios físicos muy grandes, lo que requiere un tiempo de adaptación y reconocimiento de sí mismo por parte del adolescente.

3.- Cambios corporales externos:

La altura llega a su límite en torno a los 19 años en las chicas, y un año más tarde en los chicos.Al principio de la adolescencia se da bastante desproporción entre las distintas partes del cuerpo, y algunos adolescentes se ven a sí mismos como "espantapájaros". Poco a poco se va adquiriendo proporción. El tronco se ensancha y se alarga, mientras que las extremidades paran su crecimiento.

4.- Cambios corporales internos. Cambios en el sistema circulatorio

A los 18 años el corazón es 12 veces más grande que en el momento del nacimiento. El sistema respiratorio, los pulmones llegan su máximo desarrollo a los 17 años; en los chicos algo más tarde. Algo parecido ocurre con los demás sistemas orgánicos.

Cambios psicológicos


a) Inestabilidad afectiva y fluctuación en la imagen de sí mismo. Se da gran variación en los estados de ánimo sin que medien circunstancias que pudieranexplicarlo. Unos días están pletóricos de ánimo y otros días caen en el desánimo.

b) Inseguridad.

El adolescente se encuentra en tierra de nadie, pues ha abandonado el "papel" de niño y no ha alcanzado el de "adulto". En las sociedades primitivas este paso se realizaba a través de "ritos de iniciación".La desproporción entre las metas que se persiguen y los recursos y experiencias necesarias para lograrlas hace surgir la desmoralización y la sensación de fracaso.La reacción ante las dificultades y el sentimiento de inseguridad que tienen les lleva a mostrar una actitud de autoafirmación (a veces llevando la contraria a los padres por sistema), además de adoptar formas de rebeldía, que se interpretan como mecanismos de defensa de una personalidad todavía inmadura y amenazada.

c) Descubrimiento de la intimidad y tendencia a la introspección.

En la adolescencia se descubre que uno es diferente, y se tiene además gran tendencia a acentuar esa diferencia. Se da así una búsqueda de una conducta original.Descubre su mundo interior. Y surge la tendencia a aislarse del mundo que le rodea, a recrearse en ensoñaciones, en un mundo ideal propio al margen de la realidad. Un mundo interior que protege encerrándome en sí mismo.

d) Debilidad en la voluntad.

Cuesta hacer las cosas, siente un cierto abatimiento ante las dificultades de la vida ordinaria. Se dedica con entusiasmo a lo que está dentro de sus intereses personales, no escatimando esfuerzo para ello, pero no así "con lo que tengo que hacer porque lo dicen mis padres".Quiere conseguir las cosas ya, aquí y ahora. Tiende a lo inmediato y fácil, y le falta perseverancia para terminar lo que comienza.

La Evolución del niño de dos a cinco años.



Algunas de las adquisiciones que hace el niño tanto de su personalidad social como del lenguaje, según lo explica Gesell, son:

A los dos años:
utiliza los nombres de cosas, personas, y la palabra-acción se llama a sí mismo por su nombre en vez de usar el "yo" , la jerga ha desaparecido pero sigue canturreando al decir su o sus palabras, le gusta escuchar y le gusta revivir sus acciones en cuentos en los que él es el protagonista, usa la palabra mío "manifestando un interés inconfundible por la propiedad de cosas y personas". Cuando juega con otros niños no se relaciona con ellos más que físicamente; desconfía de los extraños y no es fácil de persuadirse ,ríe con ganas y muestra signos de simpatía o de vergüenza

A los tres años:
comienza a decir frases , disfruta con el preguntar por preguntarle, gusta el soliloquio y el juego dramático en el que practica palabras, frases y sintaxis."Con el niño de tres años se puede tratar"; es capaz de negociaciones en las que cede para conseguir algo, tiene gran deseo de agradar y pregunta si ha hecho bien lo encomendado, la llegada de un hermano le puede provocar celos, angustia e inseguridad-habla consigo mismo o como si se dirigiera a un otro imaginado.empieza a compartir sus juguetes, se puede quitar los botones de delante y de los lados ,no sólo se baja los pantalones sino que puede quitárselos, duerme ya toda la noche sin mojarse e incluso suele hacer sus necesidades sin ayuda.
A los cuatro años:
hace preguntas casi sin parar,le gusta hacer juegos de palabras, "se divierte con los más absurdos desatinos, para atraer la atención del auditorio""su lenguaje es meridiano, no le gusta repetir las cosas"llega a sostener largas conversaciones, mezcla de ficción y realidad, "tiene mucho de charlatán y algo de irritante", es hablador y utiliza con entusiasmo el pronombre personal, puede vestirse y desvestirse casi sin ayuda, se hace el lazo de los zapatos, se peina sólo y se cepilla los dientes, va al baño sólo, preferentemente si hay otros, movido por "una nueva curiosidad que empieza a surgir"empieza a formar grupos para jugar de dos o tres niños. Comparte sus cosas pero a veces tiene arrebatos caprichosos con la intención de provocar reacciones en los demás: "puede ser un verdadero sargento para dar órdenes a los demás", tiene cierta conciencia de las actitudes y opiniones de los demás: es excelente para encontrar pretextos y justificar su comportamiento .

A los cinco años:
Parece un adulto en su forma de hablar, sus respuestas son ajustadas a las preguntas que se le hacen, sus preguntas buscan una respuesta y tiene verdadero deseo de saber, en su deseo de entender el mundo es muy práctico y le gustan los detalles concretos "sin irse por las ramas ni la fantasía", distingue sus mano derecha e izquierda pero no las de los demás, es obediente y puede confiarse en él, le gusta colaborar en algunas tareas de la casa, se muestra protector, a veces, con los más pequeños ,sabe decir su nombre y dirección, juega en pequeños grupos de dos a cinco niños, prefiere el juego con otros y muestra cierta comprensión de situaciones sociales", la seguridad en sí mismo, la confianza en los demás y la conformidad social son los rasgos personal-sociales cardinales a los cinco años" .

Estas son las conductas evolutivas observadas por Gessell y se toman como criterio para evaluación de los niños en cada edad.


La Segunda Infancia



Características generales de la etapa
Al comienzo de la etapa se empieza a dar la distinción entre el “yo” y el “no-yo” que el niño ha ido adquiriendo en la medida que ha tenido dificultades para satisfacer sus necesidades regidas por el “principio de placer” que era lo que presidía su conducta en la etapa anterior. Ahora, en esta etapa, comienza a descubrir la realidad como algo distinto a sus apetencias. Con ello, su conducta se empieza a regir por el “principio de realidad”. En esta etapa el niño descubre que hay una realidad exterior independiente a él y a la que se debe tener en cuenta para conseguir sus fines.

A un mundo en el que bastaba desear algo para ser satisfecho de inmediato, como ocurría en la primera infancia, sucede otro mundo en el que hay que seguir unas “normas” para alcanzar sus objetivos. Se da también un animismo proyectivo, que le lleva a dar vida a cuanto le rodea, proyectando sus propios sentimientos sobre las cosas, así, si el está triste, “todo” estará triste, si está alegre, “todo” estará alegre. De ahí que se hablé de una fase “mágico-simbólica”. En esta edad se produce un desarrollo sensorio-motriz importante. En la maduración y desarrollo de los sentidos, la primera infancia, ha sido una etapa cumbre, donde el niño explora el entorno que le rodea a través de todos los sentidos. En esta etapa tiene más capacidad discriminativa con los sentidos, distingue los detalles, la intensidad, los matices.
En la actividad motriz, no es el moverse por moverse como ocurría en la primera infancia, ya no le interesa la acción por la acción misma, sino que se orientará al logro de algo concreto. Es la edad de la actividad, hacia los 4-5 años el niño es ante todo un “ser en movimiento” contínuo, incansable, entregado a la alegría de vivir y actuar, va ganando en soltura e intrepidez, de manera que cada vez le gusta más lo difícil y misterioso. Al final de esta etapa puede hacer físicamente casi todo lo que quiere, dentro de sus fuerzas, pasando de la gracia que tenía en los primeros momentos de la etapa a la fuerza que domina al final de la etapa. El ambiente competitivo que se encuentra en la escuela con sus iguales, le lleva a superarse y así ser tenido en cuenta por el grupo.
La inteligencia en la segunda infancia
La primera infancia ha supuesto un gran avance para la inteligencia: se ha iniciado el lenguaje que es la gran palanca que tiene para el desarrollo nuestra inteligencia. Este inicio tiene su continuidad en la segunda infancia, en la que va a adquirir una base muy amplia de conceptos, que son las ideas mentales acerca de las cosas, que van a posibilitar el podernos comunicar. De los 3 a los 6 años el vocabulario pasa de las mil a las dos mil quinientas palabras. Poco a poco su lenguaje va ganando en coherencia, claridad y comunicabilidad. Ciertamente, el niño observa mejor que antes la realidad concreta, y el lenguaje le permite precisamente afianzar su conocimiento de ella. En esta etapa tiene un pensamiento perceptivo. El niño en este nivel piensa sobre lo dado, sobre lo que tiene presente que lo toma como absoluto. Puede pensar sobre lo que percibe o ha percibido, “piensa lo que ve”, pero no puede ir más allá de la representación. Por ello las actividades escolares serán manipulativas y posibilitarán el desarrollo de los sentidos. Tiene un pensamiento egocéntrico. Lo que se plantea es en relación a su yo, y tiene que sentirse protagonista en lo que pide y conoce. No tiene posibilidad de realizar abstracciones, para poder pensar tiene que tener ante sí los datos sensibles, concretos, a partir de los mismos puede resolver sencillos problemas.
La afectividad
En esta etapa sienten curiosidad por la constitución de su cuerpo y las diferencias o similitudes con el de los demás y por las sensaciones placenteras que se dan en el cuerpo. Aparecen las preguntas sobre el origen de los bebés, observan con atención el cuerpo de los adultos, comparándose con ellos, ya sea en las películas, en la playa... Es importante que a esta edad, los niños hayan establecido con claridad su identidad sexual, es decir, que sepan lo que son y lo que se espera de ellos, ser en el futuro un hombre o una mujer. En torno a los tres años se da el descubrimiento de los órganos genitales, y puede aparecer la masturbación, que es la expresión de una sexualidad que se está iniciando. Puede darse una atracción más marcada por el progenitor del sexo contrario. Trata a la vez de averiguar por qué existen esas diferencias y de situarse a si mismo en el lado de los papás o mamás. En este momento tiene que asimilar la realidad del triángulo descubierto –mamá, papá, hijo-, en el que descubrirá más atracción por el sexo opuesto de su progenitor. Capta la estabilidad afectiva o lo contrario de sus progenitores que asimila por imitación. Pocos momentos hay en la evolución del niño donde sea tan importante, el tener unos padres afectivamente equilibrados y formando una pareja unida. Necesita de referentes estables que permitan un desarrollo correcto de su personalidad.
La vida social
En esta etapa evolutiva el niño siente la necesidad de afirmar su personalidad naciente y lo hace a través de la desobediencia a las indicaciones de los mayores, los caprichos que empieza a manifestar. En esta etapa el niño pasa del ámbito familiar a frecuentar el trato con algunos compañeros de su misma edad, así descubre –por la resistencia que ofrecen la satisfacción de sus deseos- la existencia de los “otros”. Hacia los tres años ya no utiliza al otro como un elemento más del juego, sino que siente la necesidad de explicarle al otro lo que va a hacer, no para ofrecer o pedir colaboración, sino para reforzar su propia conducta. En este momento evolutivo con facilidad aprende las conductas sociales a través de la imitación del adulto o de los hermanos mayores que son un modelo más próximo al niño. Es por ello la gran importancia que tienen los hermanos mayores en la casa, pues son los referentes que va a tener el niño. Esta interiorización que hace de las imágenes de los mayores a través de la imitación le genera una seguridad interna y posibilita que vaya desarrollando habilidades de autocontrol que irá afianzando con las interacciones de sus iguales. No hemos de olvidar que en esta etapa evolutiva hay un acontecimiento madurativo social importante, que es la asistencia a la escuela, en el nivel preescolar. El ingreso en la escuela es un acontecimiento socializador de primera magnitud. Hasta ese momento, el niño era probablemente el centro de atención en su casa, si no tiene hermanos más pequeños que él, a partir del inicio de la escolaridad, se encuentra en un grupo social donde existen unas normas que hay que cumplir, donde otros iguales que yo, pueden tener las mismas demandas que las mías, y por tanto, tiene que ceder, etc. Es frecuente que en esta etapa manifieste conductas distintas en casa y en la escuela. En el primer sitio se muestra caprichoso y en el segundo obediente y dócil. No obstante, hay que decir que el inicio y entrada en la escuela puede ser algo traumática para el niño, porque intentará mantener en la clase, los privilegios que tiene en la familia, como ello no lo permitirá el profesor, es probable que aparezca el llanto, las rabietas, conductas desadaptativas, para tratar de ganar el pulso que mantiene con el profesor. Que duda cabe que es un momento donde se le infringe un serio correctivo al yo hipertrofiado que a esta edad tiene el niño. La constancia del profesor en extinguir –ignorar, no prestarle atención- las conductas inadecuadas, así como la presentación de una normas de convivencia claras y firmes, hará que en un periodo de tiempo relativamente corto, el niño asuma el grupo como un entorno en el que se va a encontrar a gusto. Es de reseñar también el distinto perfil que presentan hijos únicos, de los que tienen más hermanos. Los primeros en general llevan peor que los segundos, el proceso de adaptación al grupo. En este momento empiezan aparecer las rivalidades entre los niños que surgen cuando realizan actividades conjuntas –los juegos- entonces quiere el juguete que el otro tiene. Es una buena ocasión para desarrollar habilidades de autocontrol, animándole a que no todo lo que se desea se ha de tener a cualquier precio, que aprenda a respetar las cosas de los demás, aunque le puedan atraer. Es una forma de aprender “las reglas del juego”.
Problemas pedagógicos en esta etapa
La educación de los hijos en este momento tiene que tener en cuenta una serie de consideraciones:
La necesidad de crear hábitos de autonomía.La tarea educadora en sus primeros momentos tiene la finalidad de posibilitar hábitos primarios en el niño: acostarse y levantarse a la misma hora, saber estar sentado correctamente en la mesa, saber vestirse…Potenciar la educación sensorial.Hemos de tener en cuenta que nada hay en nuestra mente que no haya penetrado previamente por los sentidos, se deduce que la educación de la inteligencia tiene que empezar por la de los sentidos. En el niño se da un sincretismo mental, según el cual percibe no sensaciones aisladas, sino las cosas como totalidad. Hay que ejercitar al niño en percibir y sentir con justeza. Hay que poner en actividad todos los sentidos, asociando los ejercicios sensoriales con los ejercicios motores y actividades de gesticulación.Educar la imaginación.Es la facultad humana por excelencia y a la que no se le presta la debida atención para desarrollarla de manera sistemática. La imaginación es importante tanto para el desarrollo de la ciencia como de las artes. El niño es un ser imaginativo por excelencia, gusta de historias extraordinarias, inventa personajes fantásticos, mezcla lo real con lo ficticio, gusta de fábulas, cuentos, leyendas… y en todo ello encuentra su mente material para activarse y madurar. Con su imaginación lo que piensa es “como si” existiera, por eso en sus juegos los objetos los puede ver como seres vivos que interactúan con el niño. Educar la imaginación es compatible con que aprenda a distinguir lo imaginado de lo real.

Educar el carácter.

Hay que ir creando los cimientos de la personalidad y para ello tiene que estar rodeado de cariño, de amor, pero debe de evitarse el exceso de mimos. Tiene que tener normas claras y las justas que encuadren su conducta. Hay que enseñar a vivirlas desde los primeros años. Tan pernicioso para el niño es que no tenga en su entorno ningún referente de normas, como que abunde en ellas. Tienen que ser adecuadas a su edad, fáciles de entender y de observar su cumplimiento.

Educar en valores.Los valores indican los puntos cardinales para la persona, indican por donde tengo que tirar, qué tengo que hacer. Este periodo evolutivo es un momento magnífico para comenzar a sembrar valores. Trataremos de proponer conductas que son concreciones de los valores que queremos desarrollar en nuestros hijos. En esta edad no es el momento de justificarle los valores sino que empiecen a actuar de manera virtuosa, más adelante ya entenderán los motivos de hacerlo así

Autores:
Mª Angeles Pérez Montero
Francisco Javier Rodríguez Laguía

Colaboración: Octavio Mirabal

´Diagramación & Diseño: Octavio Mirabal

viernes, septiembre 29, 2006

La Disciplina comienza en el Hogar


El manejo de la disciplina en el hogar durante las etapas tempranas de la vida constituye un factor importante en el desarrollo de adultos capaces de asumir y respetar los límites y normas que a lo largo de su vida tenga que cumplir, y además le permitirá adaptarse funcionalmente a la realidad y a cada una de las situaciones a las que tenga que enfrentarse y ser justo en las acciones que realice. En principio lo fundamental al hablar de disciplina, es tomar en cuenta que su significado no debe usarse como sinónimo de reprimenda, castigo, gritos, maltratos... sino como un proceso a través del cual se enseña a los seres humanos a respetar... a entender las consecuencias de los actos... a dar y a recibir... y, por supuesto a adaptarse a una realidad que impone ciertos límites. Recuerden que ningún comportamiento de su hijo merece el maltrato, ni físico, ni verbal, conversen con sus hijos y explíquenle brevemente el porqué de las cosas que puede y no puede hacer... tomando en cuenta por supuesto la edad del niño y su nivel comprensivo. Así aprenderá a resolver sus problemas dialogando y llegando a un acuerdo. La violencia solo trae más violencia y la percepción de que ésta es la mejor e incluso la única manera de solucionar los problemas; además con ella se pierde el respeto hacia los padres y se genera el miedo como sentimiento prevaleciente en la relación. Para llevar a cabo un método disciplinario hay que tomar en cuenta además, que es fundamental que ambos padres o representantes de cada niño estén de acuerdo con las normas a señalar y la forma de hacerlo, para que no existan confusiones y el niño no perciba incongruencias entre los límites que coloca un padre con respecto al otro; evitando así que se establezcan alianzas inadecuadas. Dentro de este punto es importante considerar que si en algún momento alguno de los padres no está de acuerdo con el otro en relación al manejo de la disciplina en el hogar, deberán conversarlo de manera íntima, sin desautorizarse delante del niño, ni involucrarlo en alguna discusión que surja de esta situación. En el desarrollo de este proceso disciplinario se verán en la necesidad de señalar muchas veces lo que el niño no puede hacer, por lo que él tenderá a percibir que vive en medio de muchos "NO": "No puedes hacer eso", "No toques aquello" ... y se sentirá limitado. Por esto es necesario tomar en cuenta que los niños como parte de su naturaleza tendrán curiosidad y necesidad de moverse libremente y, es importante comprender que ellos requieren de un espacio donde puedan jugar... para estar solos o para compartir con otros niños... un espacio donde puedan tener libertad de movimiento y de explorar su ambiente, para que puedan reconocer cuáles son las acciones que sí puede hacer y dónde. Cuando su hijo se encuentre abordando al año y medio de vida aproximadamente, seguramente tendrán que desarrollar aún más la paciencia para poder guiar su actuación sin desesperarse, puesto que ya para esta edad ha adquirido la autonomía necesaria para observar, tocar, sentir... por sí solo todo lo que le rodea; por lo que es recomendable hacer algunas adaptaciones al ambiente para prevenir accidentes, como por ejemplo: tapar los tomacorrientes, evitar el acceso a la cocina a través de alguna especie de rejilla, sacar de su alcance objetos que puedan ser peligrosos, entre otras medidas. Cuando su hijo se encuentre realizando alguna acción que considere negativa, explíquele brevemente las consecuencias de lo que está haciendo y el porqué debe dejar de hacerlo, como se mencionó previamente, aunque sienta que es repetitiva, y luego distraiga su atención mostrándole otra actividad que sí puede hacer y, refuerce positivamente, con expresiones afectivas cada esfuerzo que realice el niño por apegarse a las normas. Del mismo modo, los niños necesitan actividades, además de las escolares, que les permitan invertir su tiempo y desarrollarse en otras áreas: culturales, deportivas, sociales, artísticas..., según sus intereses y habilidades, ya que por lo general ellos tenderán a ocupar parte de su tiempo libre en otras cosas que los entretengan, y muchas de estas acciones pueden parecer "travesuras". Es recomendable entonces que sus hijos puedan ingresar a algún tipo de estas actividades donde puedan explorar su ambiente con libertad y desarrollar sus potencialidades. Asimismo es sumamente importante que tengan un espacio de tiempo para compartir con sus padres, para conversar o jugar con ellos, no importa la cantidad de ese tiempo, sino la calidad de ese momento que decidan estar juntos.